jueves, 17 de marzo de 2016

PELÍCULA CLAVE: AKIRA. El anime invade Occidente.

Fecha: 1988
Nacionalidad: Japón
Director: Katsuhiro Otomo
Reparto: Mitsuo Iwata, Nozomu Sasaki, Tatsuhiko Nakamura, Mami Koyama
Por qué es clave: El estreno de esta película marca el comienzo de la creciente influencia de la animación japonesa.

Es perfectamente lógico que Akira comience con una explosión. Según el prólogo de la película, el 16 de junio de 1988, una misteriosa bola de fuego destruyó Tokio. Hoy, 2019, el Neo Tokio reconstruido es una barriada ciberpunk habitada por pastilleros, fanáticos religiosos, terroristas y motoristas matones adolescentes como Kaneda (con la voz de Iwata) y Ttsuo (voz de Sasaki). Ttsuo resulta herido en un brutal choque contra un "niño anciano" grotesco (Nakamura), y es trasladado a un laboratorio secreto, donde, con la recuperación, adquiere extrañas habilidades psíquicas. Ahora Kaneda y el activista antigubernamental Kei (Koyama) deben unir sus fuerzas para rescatar a Tetsuo y desvelar el secreto de "Akira" y su conexión con la explosión que destrozó la ciudad 31 años atrás.

Antes de Akira, la mayoría de los occidentales creían que la animación japonesa se limitaba a series de televisión de dibujos animados como Speed Racer (Meteoro), es decir, animación para niños de efectos técnicos y doblajes extravagantes. Pero el director Ktsuhiro Otomo (que previamente había escrito el cómic del mismo título) dotó esta épica futurista de argumento complejo, una violencia muy gráfica, imágenes alucinógenas, humor negro, una banda sonora hipnótica, una atención al detalle preciosista y un diálogo perfectamente sincronizado, salpicado de reflexiones profundas sobra la evolución, la tolerancia y la aniquilación en masa. Cuando Akira explotó, la civilización se vino abajo, pero cuando lo hizo el filme (también el 16 de junio de 1988, día de su estreno), la onda expansiva no sólo abrió camino a películas como El viaje de Chihiro (2001) y Ghost In The Shell (1995), sino que además estableció nuevos límites para el arte de la animación.



martes, 8 de marzo de 2016

ESCENA CLAVE: Secuencia de la escalera de Odesa. EL ACORAZADO POTEMKIN

Fecha: 1925
Nacionalidad: U.R.S.S.
Director: Sergei Eisenstein
Por qué es clave: Esta famosa escena, ejemplo clásico de las teorías del montaje de Eisenstein, ha sido objeto de numerosas imitaciones.

La secuencia de la escalera de Odesa de El acorazado Potemkin, basada en hechos reales ocurridos en 1905, está considerada una de las mejores escenas de la historia del cine. Con un montaje frenético y un majestuoso control de la puesta en escena, Eisenstein manipula el espacio y el tiempo real para crear la inolvidable imagen del drama de las víctimas inocentes aplastadas por la opresión del estado.

Los habitantes de Odesa se encuentran en la escalera mostrando su solidaridad con los marineros del acorazado, que se han amotinado para protestar por las condiciones opresivas que sufren a bordo. De pronto aparece un destacamento de cosacos y abre fuego sobre la multitud sin que haya habido provocación previa. Durante la matanza, Eisenstein enfoca muchos rostros, destacándolos entre la multitud -vemos incluso a un burgués que se burla del fervor revolucionario-, pero en cambio muestra a los cosacos sin rostro, como un grupo anónimo representado con una metonimia, pues sólo vemos sus botas y sus rifles. Marchan de manera mecánica y despiadada mientras el pueblo de Odesa huye en diferentes direcciones, son individuos que responden de modo distinto ante la misma amenaza. Einsenstein manipula con destreza la composición, la escala de las tomas y el movimiento dentro del plano, de modo que contrastan unas imágenes con otras.

El director era perfectamente consciente el potencial propagandístico que ofrecía el cine y logra que, al ver esta escena, el espectador no pueda evitar identificarse con el pueblo que se enfrenta a la crueldad de los cosacos. La secuencia es un claro ejemplo de la máxima de Eisenstein de que "el montaje es conflicto", cosa que aquí plasma simultáneamente tanto en la forma como en el contenido.



jueves, 3 de marzo de 2016

DIÁLOGO CLAVE: "Ellos vienen a por ti, Bárbara". LA NOCHE DE LOS MUERTOS VIVIENTES


Fecha:1968
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: George A. Romero
Reparto: Judith O'Dea, Rusell Streiner
Por qué es clave: Es una de las frases más famosas del cine de terror.

Johnny (Streiner) tiene un mal día: se ve obligado a acompañar a su hermana Bárbara (O'Dea) a visitar la tumba de su padre, aunque él ni siquiera lo recuerda. Comienza a bromear, diciendo con voz sepulcral: ¡Vienen por ti, Bárbara! ¡Vienen por ti!", mientras se mueve rígidamente hacia la chica, reviviendo un juego al que ambos jugaban en el cementerio cuando eran niños.




Los hermanos tienen un estado mental muy diferente: él ha superado los miedos normales de la niñez, pero Bárbara se toma aquellas bromas muy en serio y tiene miedo de lo mismo que la asustaba cuando era pequeña. Cree que las cosas inanimadas pueden cobrar vida de repente, pese a las apariencias. Ella es la que todavía no ha crecido. ¿No se supone que las películas de terror juegan con nuestros miedos?


Obviamente, sus creencias pueden explicar el estado de choque en el que el personaje permanecerá durante la mayor parte del filme. La broma pesada de Johnny también tiene un trasfondo irónico, ya que anuncia lo que va a ocurrirles muy pronto y, aunque La noche de los muertos vivientes logró que el género de terror entrara en su era moderna, también adelantó la tendencia, en largometrajes de terror mucho más recientes, hacia un uso contínuo de la reflexión. Más de veinte años después, el mismo Romero recordará este momento en Los ojos del diablo (1990), cuando un personaje muerto viviendo declara: "¡Vienen por ti, Jessica!". Por desgracia, con mucho menos efecto.