Fecha: 2003
Nacionalidad: Corea del Sur
Director: Park Chan-wook
Reparto: Choi Min-shik, Oh
Dae-soo
Por qué es clave: Este
enfrentamiento de un hombre contra quince rodado en una sola toma y
en un estrecho pasillo es una de las escenas de lucha más memorables
que se hayan rodado nunca.
Al comienzo de la escena más
famosa de la película de Park Chan-wook, el protagonista, Oh Dae-soo
(Choi) se encuentra al final de un pasillo, sujetando un cuchillo
contra el cuello de otro hombre. Entre él y el ascensor que hay al
menos otros quince hombres con pinta de matones y con palos en las
manos. Tal vez podría utilizar al rehén para salir de la situación,
pero hay algo dentro de él que lo impilsa a pelear. Después de
apartar a su rehén y de cambiar el letal cuchillo por un martillo,
ataca a sus enemigos.
El guión gráfico o
storyboard original de la
película definía un buen número de planos individuales, pero Park
cambió de opinión sobre la marcha. En la imagen vemos un caos
ingeniosamente coreografiado: los cuerpo caen a izquierda y derecha,
el actor Choi Min-shik lanza el martillo o pega puñetazos como un
boxeador larguirucho (aquí no hay la menor exhibición de artes
marciales), alguien le lanza un cuchillo por la espalda (hecho con
una imagen creada por ordenador), pero eso no consigue detenerlo y,
por fin, vemos la duda y el miedo reflejados en la mirada de los
quince hombres, que se han dado cuenta de que no van a poder
derrotarlo. En contraste con el amasijo de cuerpos que vemos en
pantalla, la fotografía es todo un modelo de sencillez: la escena
está rodada con continuidad, sin giros; la cámara lentamente hacia
la izquierda o hacia la derecha, manteniendo siempre a Oh en el
centro del cuadro. Esta única toma, para la que, según dicen, se
necesitaron 17 intentos, se prolonga durante 2 minutos y 40 segundos
increíbles.
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